jueves, 8 de diciembre de 2011

Capitulo 8 '¿Puedo besarte?'

Bajé y fui hacía la cocina, Marisa estaba sentada tomando un café.
- Buenos días ¿has dormido bien?
- Sí ¿y tú? - Dije mientras me servía un zumo de naranja.
- Bastante bien, por cierto ha llamado Jesús, dice que hoy te invita a comer.
Yo sonreí y me senté a su lado.
- ¿Qué tal va vuestra relación?
- Bueno, va bien no sé - reí.
- Entiendo que te incomode hablar de estas cosas pero quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites.
- Lo sé y en serio te estoy muy agradecida.
- Bueno es tarde ¿por qué no te das una ducha? Ya mismo estará aquí Jesús.
Terminé lo que me quedaba de zumo y subí a ducharme, me puse unos pantalones vaqueros y una sudadera y bajé de nuevo.
- Jesús te espera fuera, que os lo paséis bien. - me dijo Marisa desde el salón.
Yo le di un beso y me marché.
Jesús me esperaba apoyado en su moto.
- Pero que guapa estás.
- No seas mentiroso.
- No lo soy, además soy tu novio tendré que decirte estas cosas ¿no?
- No hace falta yo no te digo todos los días lo guapo que estás.
- Porque yo ya soy guapo de por sí. -Dijo con tono burlón.
- Eres un creído ¿lo sabías?
- Sí, pero también sé que me quieres.
- Bueno, eso no te lo puedo negar.
Jesús me abrazó y me dio un dulce beso en los labios.
- ¿A dónde me vas a llevar?
- Que te parece... ¿la playa? los dos juntos, solos, rodeados de mar...
- Suena bien. - sonreí.
Nos montamos en la moto y fuimos a la playa.
Llegamos a una playa apartada y estaba desierta. Cerca de la orilla había un gran mantel con una mochila encima.
Jesús se acercó y empezó a sacar cosas de la mochila, dos bocadillos, uno botella de dos litros de cocacola y unas fresas.
- ¿Y esto?
- Bueno, ayer cuando te dejé en la cama no podía dormir y me puse a preparar esto.
- Vaya señorito sí que se lo ha currado usted eh.
Nos sentamos y comenzamos a comer, Jesús no paraba de hacer tonterías y la verdad me encantaba que lo hiciera.
Terminamos de comer y abrió el tarro con las fresas.
- ¿Jugamos a un juego? - Dijo con una sonrisa.
- Venga ¿qué hay que hacer?
- Muy fácil, yo te hago una pregunta y tienes que respondes con sinceridad, por respuesta que digas te doy una fresa y si te niegas a contestar tienes que quitarte prenda.
- Vale pero luego te toca a ti eh.
- Que sí.. Venga empiezo. ¿Cómo fue tú primer beso?
- ¿Mi primer beso?
- Sí venga di ¿quién te lo dio, cuando, dónde...?
- ¡Eh! Eso es más de una pregunta.
- Venga Sami no seas así respondeme - Dijo con un puchero.
Yo reí y le di un suave beso en los labios.
- Bueno.. Mi primer beso fue a los diez o once años, estaba en la playa, en casa de mis abuelos y yo tenía allí muchos amigos pero había un chico que me gustaba mucho se llamaba Alberto y bueno, era el típico chico 'chulo'.  Un día estábamos en la playa todos juntos y todos se fueron a comprar helados dejándonos a Alberto y a mi solos, yo estaba muy nerviosa porque había quedado con mis amigas en decirle lo que sentía, entonces se acercó a mi y me susurró que le gustaba y bueno yo me puse roja como un tomate y entonces me besó fue un piquito nada más pero me gustó mucho.
Jesús empezó a reírse.
- ¿Por qué te ríes?
- Joder no me lo imagino, tú nerviosa al lado de un chico.
- Perdona que no fue la única vez que me puse nerviosa.
- ¿Conmigo alguna vez te has puesto nerviosa?
- Que yo recuerde no pero puede que me pase alguna vez.
- Pues cuando pase quiero que me lo digas.
- Bueno venga, mi fresa.
Jesús sonrío y me dio un fresa.
- Ahora me toca a mi. - Dije acercándome a él y tumbándome sobre sus piernas.
- Venga cariño dispara.
- ¿Cómo fue el tuyo, tu primer beso?
Él sonrió y acarició mi mejilla.
- Pues tenía catorce años, estaba algo desesperado porque todos mis amigos habían besado a alguna chica menos yo. En la fiesta de fin de curso le dije que me acompañara como pareja a una chica, Mónica, era la chica más popular de todo el colegio y aunque me costó convencerla al final aceptó. Cuando la acompañé hasta su casa, delante de su puerta me lancé y le pedí si podía besarla ella aceptó y bueno, la besé.
- ¿Le preguntaste si podías besarla? No jodas.
- Sí, ¿qué pasa?
- Que eso nunca se pregunta y menos en una situación así joder, pero claro tú siempre tienes que estar cagandola.
- Bueno por ahora no la he cagado ¿no?
- Bien dicho POR AHORA.
Jesús sonrió y me señaló las fresas, yo cogí una y la puse sobre mis labios haciéndole un gesto para que la cogiera él sonrío y con sus labios la cogió.
Estuvimos toda la tarde jugando a ese juego hasta que el sol empezó a ponerse.
Busqué en la mochila hasta encontrar un paquete de tabaco.
- Así que yo no puedo fumar pero tú si ¿no? - Dije enseñándole el paquete.
- Porque tú no te puedes morir.
- ¿Y tú si?
- Bueno prefiero morirme yo a que te mueras tú.
Yo sonreí y me llevé un cigarro a la boca lo encendí y me tumbé en la arena mirando la puesta de sol.
Jesús se tumbó a mi lado y yo me abracé a él, me cogió el cigarro y le dio una calada, luego me lo devolvió.
- Es bonito ¿verdad? - Me preguntó.
- Mucho.
Me acurruqué más a él y apagué el cigarro.
- ¿Puedo besarte?
- ¿Ves? Tenías que cagarla.
- Bueno ¿puedo o no?
- Pues claro que puedes.
Jesús sonrió y me acercó a él poniéndome encima suya, puso sus suaves manso en mi nuca y me dio un largo y apasionado beso, cuando tuvimos que separarnos por falta e aire él empezó a besar mi cuello.
- ¿No te cansas?
- ¿De qué? - Me miró extrañado.
- Pues de que esta madrugada lo hicimos ya ahora quieres otra vez.
- ¿Quién ha dicho eso?
- No es quién es más bien qué. - Dije pasando mi mano por su abultada erección.
- Bueno que quieres que le haga me pones cachondo en menos de un minuto.
- Eres un cerdo.
- No, soy realista que son cosas muy distintas.
- Llévame a casa anda que tengo sueño y mañana tenemos que ir al instituto.
Jesús suspiró y me llevó a casa.

- A la mañana siguiente en el instituto -

- Sami ¿me pasas los ejercicios de historia?
- ¿Hoy tampoco los has hecho?
- No, por favor déjamelos.
Yo suspiré y se los dejé a Teresa, esta clase de matemáticas se me estaba haciendo eterna no me enteraba de nada ya además hoy Jesús no había podido recogerme porque tenía que ir al médico y entraba a segunda hora.

Por fín el timbre sonó y todos salimos de la clase.
Me acerqué a una fuente y bebí algo de agua.
- Perdona, soy nuevo ¿Podrías decirme donde está dirección?
Levanté la cabeza y vi a un chico rubio con unos ojos verdes preciosos.
- Sí. por cierto me llamo Sami.
- En cantado yo soy Mario.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Capitulo 7 'Nuestra primera vez'.

Abrí la puerta, era Rodri traía una tarta de chocolate.
-¡Roooodri!
Le abracé.
-Te he traido algo para comer.
Yo sonreí.
Nos sentamos y empezamos a comer la tarta, peor me empecé a sentir rara, la cabeza me dolía y todo me daba vueltas.
_Día siguiente_
Me levanté, estaba totalmente desnuda en mi cama miré a mi derecha y lo vi tumbado, Rodri, me dolía todo.
¿Qué coño había pasado? Mire la hora, las doce y media, mierda llegaba tarde al instituto.
Entonces me acordé de Jesús y mis ojos se humedecieron.
-¡Rodri! -Le agité.
-Hola preciosa ¿te lo pasaste bien ayer?
-¿Qué coño le echaste a la tarta? No me acuerdo de nada.
Él se levantó y me sonrió.
Yo le pegué una hostia y le eché de mi casa, me sentía sucia y no sabía como contárselo a Jesús.
Llegué al instituto, entré todo el mundo me miraba, entonces empecé a ver fotos por las paredes del instituto, eran mías, desnuda.
Me quedé mirándolas y me giré.
-¡¿QUIEN HA HECHO ESTO?!
Todo el mundo me miraba y cuchicheaba, yo quería morirme en ese momento, mis piernas empezaron a temblar, pensaba que me iba a caer en ese momento, entonces alguien me cogió del brazo y me metió en el cuarto de baño.
-Sami, ¿quién te ha hecho esto?
-Teresa... - la abracé y empecé a llorar.-No lo sé, ayer vino un amigo mío y me trajo una tarta me empecé a sentir mal y no me acuerdo de más.
-¿Te drogó?
-No lo sé, quiero morirme te lo juro.
Me senté en el suelo y me puse a llorar desconsoladamente.
Teresa se sentó a mi lado y me abrazó.
-¡¿Y JESÚS?! Dime por favor que no lo sabe, dime que hoy ha faltado a clase.
-Lo siento, me han dicho que cuando lo ha visto se ha puesto super furioso.
Yo la miré, estaba realmente asustada.
Entonces empezamos a escuchar golpes en la puerta.
-¡SAMI ABRE! - Era Jesús y parecía bastante enfadado.
-Por favor Teresa no me dejes sola -le rogué.
Ella me ofreció una sonrisa cálida y me puso tras ella, abrió la puerta despacio.
Miré a Jesús, tenía los ojos hinchados y me miraba con furia, en una de sus manos sostenía la foto, me miró y negó con la cabeza mientras se le escapaban unas lágrimas.
-Jesús, por favor, escúchala, no tiene la culpa.-Dijo Teresa intentado tranquilizarle.
-¡¿Qué la escuche? Esto me lo dice todo - dijo señalando la foto.
Teresa le cogió del brazo y cerró la puerta.
-Solo te pido que la escuches, solo eso.
Él me miró y asintió, se apoyó en el lavamanos y hizo un gesto para que comenzara a hablar.
-Rodri, ayer vino a mi casa y creo que me drogó.
Jesús miró al suelo y luego a mí con una sonrisita.
-¿Pretendes que me lo crea?
-Jesús, entiendo que no me creas, pero sí sé una cosa y es que te quiero, te quiero muchísimo, eres la primera persona en la que confío de verdad y no me puedes dejar, ahora no.
-Teresa, vete.- Jesús hizo un gesto con la mano para que se marchara.
Teresa me miró y yo asentí.
Nos quedamos solos.
-¿Por qué me haces esto?
-¿El qué?
-Pues hacer que confíe en ti, que me crea todo lo que dices.
-Es la verdad.
Jesús se acercó y me abrazó.
-Te ayudaré ¿vale? -Me susurró,
-Jesús, bésame por favor, lo necesito.
Jesús sonrió y unió nuestros labios, nunca me había sentido tan bien.
_UN MES DESPUÉS_
Todo estaba arreglado, todo estaba perfecto, todo el mundo sabía que Jesús y yo éramos novios y nunca me había sentido tan feliz de tener a alguien a mi lado.
Hoy hace un mes que empezamos a salir oficialmente, es decir, que todo el mundo lo sabía.

Mi móvil suena y hace que me despierte.
-¿Si?
-Hola amor.
-Hola Jesús - sonreí.
-Baja al jardín te tengo preparada una sorpresa.
-¿Qué hora es?
-Las tres de la mañana.
-Joder.
-Venga cariño, que sé que te va a gustar.
Colgué y me puse las zapatillas, bajé las escaleras sigilosamente para que Marisa no se despertara y salí al jardín.
Todo estaba iluminado con velas y al lado de las piscina había una mesa para dos.
Alguien me tapó los ojos y me dio un suave beso en el cuello.
-¿No crees que te has pasado?
-La mejor siempre se merece lo mejor.
Yo reí ante su comentario y me giré para besar sus labios.
Empezamos a tomar unos dulces que había traído y sobre las cuatro y media estábamos tumbados en el césped mirando las estrellas.
-¿Sabes? Me ha encantado tu sorpresa, ahora no sé si darte la mía.
-Mi mejor regalo es que estés conmigo.
Yo soreí y le besé, me puse sobre él y empecé a besarle el cuello.
-Sami, para.
-¿Por qué?
Él hizo un gesto hacía su 'amiguito' y yo reí.
Seguí besándolo, mis manos recorrieron todo su cuerpo hasta llegar hasta sus pantalones, con un ágil movimiento se los desabroché y me deshice de ellos.
Él bajó sus manos hasta mi trasero y metió sus manos debajo de mis pantalones, empezó a bajarlos y me los quitó por completo.
Dejé que él tomara el control poniéndose encima mía,me quitó la camiseta y seguidamente el sujetador.
Empezó a besar todo mi cuerpo hasta llegar a la goma de mis braguitas, me dio un suave beso en mi ombligo y mientras bajaba mis braguitas, y ahí me entregué a él, toda suya, me dejé llevar y por primera vez entendí por que le llamaban 'hacer el amor'.
Me desperté al día siguiente, no sé como pero estaba en mi cama, miré a mi alrededor y encima de la almohada había un pequeño trozo de papel que ponía 'la mejor noche de mi vida' yo sonreí al leerlo y volví a tumbarme en la cama, todo era absolutamente perfecto.
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Bueno lectoras mías, siento todo este lío de que si ahora subo que si ahora no y eso, pero me quitaron el tuenti y dejé la novela pero el otro día me metí y vi que seguíais leyéndola por eso voy a seguir con ella, siento que este capítulo haya sido una mierdecilla pero ya sabéis hace mucho que no escribo esta novela y he perdido el hilo, os prometo que los próximos serán mejores.
Os quiere mucho : Sole.

martes, 11 de octubre de 2011

Capítulo 6 " Y yo que estaba dispueta a hacer todo lo que quieras..."

-¿Rodri?, joder ¡eres tú!-me levanté y le di un fuerte abrazo.
Rodri fue unos de mis mejores amigos cuando chica pero se tubo que mudar por temas de trabajo de su padre.
-¿Qué haces aquí?
-Bueno, he venido a estudiar.
-Dios has cambiado muchísimo, ¿y las gafas de culo de botella?-reí.
-Puf, no me lo recuerdes.
-Ven te voy a presentar a mi no... amigo-puse una sonrisa un poco falsa.
-Jesús, este es Rodri, Rodri este es Jesús.
Jesús lo miró y hizo un gesto con la mano, cogió mi móvil y se puso los cascos.
-Bueno, me tienes que contar eh.
-Si, bueno primero un bañito ¿no?-Se quitó la camiseta y un poco más y me da un infarto, estaba muy bueno, y cuando digo muy bueno es MUY MUY bueno.
-¿Sami?
-Lo siento, estaba en mi mundo -reí.
Me acerqué a Jesús y le dije que me iba a dar un baño con Rodri.
Jesús no me contestó, solo miró para otro lado y me izo un gesto con la mano.
Fui corriendo a la orilla, no veía a Rodri por ningún sitio.
Alguien me cogió en brazos y me tiró.
-¿Fresquita?-Dijo Rodri entre risas.
-Ja ja, muy gracioso-Dije con tono irónico.
-¿Ese es tu novio?-Dijo mirando a Jesús.
-Que va, es solo un buen amigo-sonreí.
-¿Y qué tal tus padres?
Esa pregunta hizo que me quedara callada, sin saber que decir.
-Mi madre murió y bueno, mi padre.... también, en un accidente de coche-mentí.
-Vaya, lo siento ¿y con quién vives ahora?
-Con la abuela de Jesús, es una buena persona-sonreí.
Nos sentamos en la orilla, me dijo que su hermana se había ido a estudiar a Estados Unidos y que sus padres se divorciaron hace tres años.
-¿Entonces no tienes novio?
-¿Yo? Que va.
-As cambiado muchisimo en este tiempo.
-Bueno en cuatro años la gente cambia muchísimo, todavía me acuerdo cuando tú te ibas con tus amigos de fiesta y yo no podía-reí.
-Bueno esque la última vez que te vi yo tenía quince y tú once.
-Ves, en ese tiempo uno cambia mucho.
-Es verdad, ahora eres más guapa y tienes más...-Hizo un gesto señalando la zona del pecho.
-Ya lo pillo -reí.-Y tú ya no estás lleno de esos asquerosos granitos.
-He dicho que no me lo recuerdes-me echó agua.
-Vale, lo siento -reí.
-Bueno, yo me tengo que ir que se hace tarde.-Dije levntándome.
-¿Nos veremos?
-Claro, ahora te doy mi móvil.
Fuimos hacia las toallas le di mi número a Rodri y nos marchamos.
-¿Te lo has pasado bien?-Pregunté.
-Claro, me encanta ver a mi novia como tontea con otros tíos.
-No jodas Jesús, es un amigo no te pongas celoso por esa tontería.
-Yo no me pongo celoso.
-Mira, no quiero discutir, vamos a casa.
Me dejó en casa, me intentó besar pero yo me aparté, subi, me duché y me puse a ver la televisión.
Me llamaron por teléfono.
-¿Si?
-Hooolaaa caracoola!
-Hola Rodri ¿qué tal?
-Que sosa eres niña.-rió.
-Lo siento pero yo ya he pasado la fase de niña chica.
-¿Me estás llamando inmaduro?
-Puede....
-Mira la renacuaja esta como trata a sus mayores hay que ver...
-Lo siento Señor Pérez, no volveré a faltarle el respeto.
-A si me gusta señorita.
-Bueno ¿y qué querías?
-Nada, que me aburria.
-Bueno ¿qué quieres que le haga?
-Nada, nada, ya no te molesto más.
-Venga feo, no te enfades si yo te quiero.
-Si si...
-Venga ¿qué quieres que haga y yo lo hago?
-Te tengo que dejar que me está llamando mi madre por el Skype ya te llamo mañana.
-Vale, adiós feo.
-Adiós renacuaja.
Colgué y me tomé algo para cenar, el ordenador lo tenía encima de la mesa del salón y cuando me senté con el bocadillo Jesús me habló por el Tuenti.
Jesús: Hola ;)
Yo: Hola celosillo.
Jesús: Que no soy celoso joder.
Yo: Ya ya.
Jesús: No empecemos eh.
Yo: Te hecho de menos.
Jesús: ¿Ahora me hechas de menos? Pues no pienso ir a visitarte.
Yo: Y yo que estaba dispueta a hacer todo lo que quiieras...
Jesús: ¿Todo?
Yo: TODO.
Jesús se desconectó, yo no pensaba hacer nada estaba claro pero me aburría estando sola.
Media hora o así después estaban llamando a la puerta.
-Hola gordo-Dije dándole un beso en la mejilla.
-Bueno, ¿empezamos?
-¿El qué?
-Que va a ser pues a hacer ese "todo"
-No esque ya no tengo ganas, ¿vemos una película mejor?
-No, me lo has prometido.
-Ya lo sé, pero es que has venido así... y .... puuuufff... no sé , se me han quitado las ganas.
-Eres mala persona.
-No, es que tu no sabes tratar a tus novias.
Jesús entró y se sentó en el soá, se puso el ordenador encima de las piernas.
-Venga no te enfades.
-No, es que joder, siempre me haces lo mismo.
Le quité el ordenador y me senté en sus piernas.
-¿Me perdonas?
-No sé.
Le di un besito en el cuello.
-¿Y ahora?
-No lo tengo claro...
Le di uno rápido en los labios.
-¿Ahora?
-Puuf, no sé...
Junté mis labios con los suyos, introducí mi lengua lentamente y me dejé llevar.
-¿Ya?
-Te perdono -sonrió.
Yo volví a besarle, creo que estaba perdiendo el control y eso estaba mal pero no podia parar.
Le quité la camiseta y él hizo lo mismo con la mía, yo le quité lentamente los pantalones dejándolo en boxers.
Jesús metió sus manos en mis shorts y los bajó lentamente dejándome en ropa interior, subió su mano lentamente y me desabrochó el sujetador, se separó y me miró.
-¿Segura?
Yo asentí, no era yo la que mandaba sobre mi cuerpo, mandaba mi deseo, el deseo de tenerlo entre mis brazos y acerlo mio durante unos minutos.
Volví a besarle pero cuando introdució sus manos en mis braguitas no podía, algo me decía que parase que eso no estaba bien.
-No puedo- me levanté.
-¿Cómo que no puedes?
-Joder Jesús, que no puedo.
Subía a mi habitación, me puse una camiseta y me tumbé en la cama.
-Que no pasa nada eh.
Yo me giré para mirarlo, estaba apoyado en el marco de la puerta.
-No sé lo que me pasa, algo me dice que no puedo.
-Eso es amor....-se sentó a mi lado.
-¿Amor? ¡¿Queé dices?! Yo nunca voy a sentir eso.
-¿Seguro? Ni por mi.
-Lo siento pero no.
-Sami, dentro de tres meses estarás tan locamente enamorada de mí que estarás dispuesta a dejarlo todo.
-No sueñas tú nada.
-Ya veremos...
Jesús me acercó a él y me besó, nos tumbamos en la cama y nos quedamos dormidos.
(...)
Me desperté y busqué con mi mano a Jesús pero no habia nadie.
Bajé las escaleras y un dulce olor a tortitas me llevó hasta la cocina.
-¿Qué haces?
-Bueno, hoy tienes que estudiar y no hay nada mejor que un buen desayuno para ayudarte.
yo sonreí y me acerqué a él, en un bol tenía chocolate, mojé un poc el dedo y probé.
-¿Está bueno?
-No tanto como tus besos -sonreí.
-Bueno, pues si juntamos los dos, el doble de bueno ¿no?
Cogió un poco de chcolate se lo puso en los labios y me besó.
Yo reí, cogí un poc de harina y se la eché por la cara, tenía la cara blanca, yo empecé a reir.
-Te vas a enterar.-Cogió chocolate y me lo echó por el pelo.
-Eres tonto .-Cogí la nata y se la eché por el pelo.
Sali corriendo hasta el jardin, Jesús, detrás mía.
Me cogió y me tiró a la piscina aunque yo le cogí del brazo y caímos los dos.
Empezamos a hacernos ahogadillas y salpicarnos aunque acabamos besándonos.
-Ahora por tonta te quedas sin tortitas, me las como yo tadas-me susurró.
-Bueno, con tus besos me conformo.
Jesús sonrió y nos fundimos en otro beso.
Salimos, nos secamos, desayunamos y Jesús se fue.
Estube el resto del día estudiando, tenía un exámen el lunes.
Cuando terminé me puse a ver la televisión y alguien llamó a la puerta.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Capítulo 5 "Buenos días princesa"

-Porque vamos muy rápido ¿no crees?
-Tienes razón, lo siento - sonrió.
Se giró para ir hacia el salón, algo desilusionado, yo lo agarré del brazo obligándole a girarse, lo tenía a tan solo unos centímetros.
-¿Te has enfadado?
-No, ¿por qué?
-Mira Jesús, si te digo la verdad yo nunca he tenido novio, siempre he sido de chicos de una sola noche.
-Lo sé.
-No quiero estropearlo tan pronto, además si lo hiciéramos perdería todo su encanto -sonreí.
-Tienes razón -me besó.
Subí y me cambié, estaba bastante cansada.
Bajé y vimos una película, los dos abrazados, era todo demasiado perfecto para ser real, miré hacia Jesús, se había quedado totalmente dormido, todavía no podía creer que fuera mi novio, yo Sami la que prometió que nunca se enamoraría, ni lo va a hacer con novio, joder, es solo mi novio, no estoy enamorada ni nada, siento cierta atracción pero no es amor, amor es un sentimiento demasiado fuerte, no creo que nunca lo llegue a sentir.
-Jesús... -susurré.
-¿Qué pasa? -Dijo medio dormido.
-Es tarde, ¿vamos a dormir?
Jesús asintió con la cabeza, se levantó como pudo.
recogí un poco el salón y subí, entré en la habitación, Jesús estaba en boxers, tumbado boca abajo, dormido, realmente me ponía cachonda, ¿para qué negarlo?
Me tumbé a su lado, Jesús me arrimó a él, aún no estaba dormido del todo, me dio un beso en la mejilla y se quedó dormido.
Yo me quedé dormida unos minutos después.
Me desperté con un beso en los labios de Jesús.
-Buenos días princesa -Sonrió.
-Bueno días -Todavía veía borroso por el sueño.
Me senté en la cama, Jesús estaba a mi lado, en boxers, me derretía.
-Me tengo que ir ya mismo, tendrás que estudiar y eso.
-No, estudio mañana, pasemos hoy el día juntos.
-¿Sami? ¿Estás bien? -Dijo algo extrañado.
-Sí, ¿por qué?
-Joder, tú nunca eres tan cariñosa.
-Bueno, hoy me he despertado cariñosa ¿qué pasa?
-Nada, nada, solo que me a extrañado.
Yo sonreí y le besé, me tumbé encima suya, dejé que nuestros labios se fundieran, que nuestras lenguas jugaran, que nuestros cuerpos encajaran perfectamente, como dos piezas de un puzle.
Jesús metió sus manos dentro de mi camiseta, las subió lentamente haciendo que mi camiseta fuera subiendo. Finalmente me la quitó por completo.
Bajó su mirada, luego la subió hasta mis labios y finalmente me volvió a besar.
-Para, por favor -Dije separándome.
-¿Siempre me vas a dejar así?
-No sé, ya veremos - sonreí.
Me puse la camiseta y bajé a desayunar, hice unas tostadas y unos cafés, lo típico.
-¿Vamos a la playa ? Hoy hace bastante calor -Dijo Jesús rodeándome por detrás.
-Vale, será divertido -sonreí.
Terminamos de desayunar.
Subía a ponerme el bikini y antes de irnos a la playa pasamos por su casa para que cogiera su bañador y demás.
Llegamos a la playa, había bastante gente.
Pusimos las toallas, yo me puse a tomar el sol y Jesús fue a bañarse.
Yo tenía los ojos cerrados, con la música puesta en mi móvil, casi dormida.
Sentí como alguien mojado se ponía encima mía, eso me hizo sentir un escalofrío.
-¡JODER JESÚS!
-¿Qué pasa?
-Que estás muy frío.
-Venga vamos a bañarnos anda.-Dijo tirando de mi brazo.
-No tengo ganas, estoy bien así.
-Veeeeeengaaaa -Tiró más fuerte de mi y consiguió levantarme.
Aunque me resistí consiguió cogerme en brazos y tirarme al agua.
-¡JESÚS ERES UN IDIOTA!-Dije bastante cabreada.
-Venga, no te enfades -Me abrazó por detrás.
Jesús empezó a darme besistos por el cuello.
-Joder, si no puedo enfadarme contigo -me giré y le besé.
-Lo sé.
-Bueno, me salgo ya que tengo frío.
-No.-Me agarró del brazo.
-Jesús, suéltame.
-Quédate un ratito más.
Me cogió dulcemente y enredó mis piernas en su cintura, empezamos a besarnos, era todo PERFECTO.
Salí del mar y me puse a tomar el sol y Jesús a mi lado.
-¿Sami? -Esa voz me resultó muy familiar.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Capitulo 4

Fuimos a clase, el profesor me echó la bronca pero no sé como Jesús consisuió que me repitiera el examen, tendría que repetirlo al terminar las clases, paé una mañana bastante aburrida pero por fín sonó el timbre para salir al recreo.
-Vamos a comprar unos bocadillos ¿vienes?-Dijo Teresa con una gran sonrisa.
-Claro.
Compramos los bocadillos y salimos fuera a tomárnoslo, de todo el grupo era la única que fumaba. Me encendí un cigarro y le di una calada, las chicas estaban hablando aunque yo no les hacia mucho caso, seguía con la mirada como Jesús salía del instituto, haciendo tonterías con sus amigos, entonces pasó nuestras miradas se encontraron y los dos sonreimos como unos tontos.
-Tierra llamando a Sami...-Dijo Mara pasando la mano por delante de mi cara.
-Dime -Dije apartando la vista de Jesús y mirando a las chicas.
-¿A quién mirabas? -Dijo Rosa con una sonrisita.
-A nadie.
Todas rieron, por suerte dejaron pasar el tema, la verdad no sabía que excusa poner.
De nuevo miré a Jesús, esta vez estaba sentado hablando con un chico, creo que se llamaba Javier, no estaba segura, y entonces vi como Lidia se acercaba, cogió a Jesús del brazo y lo llevó dentro del instituto, pasaron unos minutos, yo estaba bastante altrada, no sabía si entrar o qué pero por fin salió Jesús, me miró y sonrió, luego salió Lidia muy cabreada y gritó delante de todo l mundo.
-¡Que te den!
Todo el mundo la miró y luego miró a Jesús que le hizo un corte  de manga, eso me hizo sonreir y sentí como alguien me agarraba del brazo y me apartaba de la gente.
-No es por nada, pero yo que tú disimulaba más -Dijo Teresa con su amplía sonrisa, no sé como lo hacía, pero siempre estaba sonriendo.
-¿Disimular el qué?
-Pues que estás saliendo con Jesús.
-¿Tanto se me nota?
-Bueno, no mucho peor como sigas así se daran cuenta.
-Por favor, no se lo cuentes a nadie ¿vale?
-Clro, ¿cómo iba yo a traicionar a una de mis mejores amigas? -me abrazó.
Nos acercamos a las chicas, todavía quedaba bastante tiempo, la profesora de literatura se había caido y estba en el hospital, por eso mi curso tenía una hora libre.
Jesús se acercó junto con dos chicos más, eran Javier y el otro no sabía quien era, pero era bastante guapo.
-Hola chicas, venimos a haceros compañía.-Jesús se sentó a mi lado, Javier entre Teresa y  Mara y el otro chico al lado de Jesús.
Yo le di otra calada a mi cigarro, con la tontería se me estaba consumiendo.
Jesús me lo quitó como siempre hacía y le dio una calada, pero esta vez me lo devolvió después.
-Que raro que la vena de hermano mayor no te haya salido...
-Ya me da igual lo que hagas, sé que no me vas  a hacer caso...
Todos empezamos a reir, después de unos minutos hablando me enteré de que el otro chico se llamaba Jorge y que era el novio de Rosa, estba tan metida en mi mundo que no me había dado cuenta de la vida amorosa de mis amigas.
-Bueno chics, nos vamos a clase, ya nos vemos.
Los chicos se despidieron dándonos dos beos a cada una, menos Jorge y Rosa que se fundieron en un romántico beso, al ver eso mis ojos se dirigieron hasta Jesús, lo miré de arriba abajo, era perfecto.
Nos quedamos solas, hacía un día precioso pero yo tenía que estudiar para el examen asi que fui al la biblioteca.
Saqué mi libro de historia, miré al rededor, no había nadie, estba sola, la bibliotecaria, Cecilia, era una mujer regordeta, con un moño de esos que parece que le van a salir monos de él, unas gafas bastante feas y muy pintada, siempr eiba con un traje de estos que parecen bata, una hortera, pero ese día no estaba, bueno por lo menos no a esa hora.
Abrí el libro y empecé a leer, cuando ya me sabía la mitad la plabras empezarona  juntarse, miré el reloj, todvía quedaba un cuarto de hora pero decidí que estaba bien, que ya había hecho bastante.
Recogí las cosas y salí para fumarme un cigarro, el del recreo casi no me había dado tiempo de disfrutarlo, me lo encendí y le di una calada, me apoyé en la pared y observé como el viento se alejaba lentamente, entonces vi como Javier se acercaba.
-Hola Sami ¿qué tal?
-Hola Javi, ¿qué haces tú aquí?
-Me han echado de clase y he aprebechado para ir a tomarme un refresco.
-¿Te han hechado? ¿Por qué?
-Porque había un examen y no lo sabía ¿y para qué estar allí haciendo el tonto?
Yo reí, miré al rededor con la esperanza de que a Jesús también le hubieran echado, quería reirme de él un rato.
Miré el reloj, ya era hora de que fuera entrando.
-Bueno, te dejo, ya hablamos otro día.-Le di dos besos.
Javier me cogió de la cintura y fundió sus labios con los míos, no sabía que hacer, me quedé paralizada, cuando me pude separar de él, miré alrededor, nadie no habí visto, le miré y le pegué una torta, luego salí corriendo.
Alguien se puso delante mía y me paró.
-¿Qué pasa? -Dijo Jesús entre el barullo de la gente, su clase ya había terminado y la gente aprobechaba para tomar el aire en el cambio de clase.
-Nada, solo que llego tarde.
-Pero si todavía quedan diez minutos.
-Ya, pero quiero llegar pronto.
Me dirigí a mi clase.
El resto de día fue más o menos como todos los días, el examen me salió bastante bien, y el viernes me dieron la nota.
Teresa me dio un toquecito en la espalda.
-¿Qué has sacado?
-¡UN OCHO!-Grité, le di un abrazo estaba super feliz.
Vi como Jesús estaba esperándome en la puerta, me acerqué a él y le di un fuerte abrazo.
-Eso es que has aprobado ¿no?
-Sí, he sacado un ocho -sonreí.
-Me alegro.
Yo le volví a abrazar, estaba realmente feliz.
-Esta tarde lo celebramos como es debido ¿no?-me susurró.
-Claro, ¿lo dudabas?
Me despedí de Jesús y me acerqué a las chicas, la única que no había aprobado había sido Rosa, estaba llorando.
-Joder, mis padres me matan.
-Tranquila, es solo un examen, el próximo lo pruebas.
-Ya, pero mañana hago un mes con Jorge y no me vn a dejar salir con él-lloriqeó.
-Bueno, ¿por qué no quedais esta tarde?
-Porque Jorge tiene academia...
Yo la abracé, me daba mucha pena.
-Tía, dile que es muy importante para ti-Dijo Mara.
-No me van a dejar.
Jorge le tapó los ojos a Rosa, y hizo el tipo juego de ¿quien soy? Rosa se giró y se fundieron en uno de esos preciosos besos, había visto muchas parejas pero estas parejas de "pijos" eran mucho más románticas, los amigos de mi "barrio" nunca celebraban sus aniversarios, como mucho celebraban San Valentén con un polvo.
Salimos del instituto, quedé con Mara y Teresa para ir al cine por la tarde,  sé que Jesús tenía pensado hacer otra cosa para celebrarlo pero quería hcerle sufrir un poquito.
Me monté en la moto y fuimos hasta casa, Jesús paró en la puerta, era en el único sitio donde podíamos disfrutar de nuestro amor, por lo menos entre semana.
Me bajé de la moto, Jesús me cogió de la camiseta y me acercó a él.
Le di un rápido beso en los labios y me giré. Jesús me cogió del brazo y me acercó a él, dejó nustras caras a pocos centímetros, nuestras respiraciones estban agitadas, nuestras narices casi se rozaban, Jesús sonrió y me dio un beso, este beso fue largo, con legu y no paró hasta que se quedó sin aire.
-¿Qué vamos  a hacer esta noche? -Me susurró.
-Yo he quedado con las Mara y Teresa, te vienes ¿no?.
Jesús me alejó de él y me miró algo desconcertado, me encantaba cuando miraba de un lado para otro sin entender lo que decía.
-Yo pensaba que lo íbamos a celebrar los dos juntos.
-Esque son mis amigas, además, nosotros estamos la mayor parte del tiempo juntos.
-Si se dijera que podemos desmotrar que somos novios...
-Venga Jesús, no te enfades, te prometo que a partir de las doce que termina la pelíula soy toda tuya.
-¿De verdad?
-De verdad.
Jesús sonrió y se acercó a mí, pero cuando estaba a punto de besarme arrancó la moto y se marchó.
Yo respiré ondo, su olor todavía estaba en el ambiente, ese olor a colonia de hombre, me encantaba.
Entré y comí como todos los días, Marisa me trataba como una hija y yo siempre intentaba tratarla lo mejor posible, aunque nunca sería mi madre.
-¿Vas a salir esta tarde?
-Sí, voy a celebrar lo del ocho.
-Me alegro de que hayas aprobado, se nota que te has esforzado. -Sonrió.
-Lo sé, bueno me voy a duchar y eso.
Subí a mi habitación y me conecté al Tuenti, Jesús también estaba conectado y puso la cam.
Estaba sentado en la cama, sin camiseta y bebiendo una Coca - Cola.
Yo : Hola guapo.
Jesús : Hola preciosa :)
Yo : ¿Qué haces sin camiseta?
Jesús : Te pongo, ¿a que sí?
Yo : Más quisieras cariño.
Jesús : ¿Cariño? ¿Y eso?
Yo : No seas tonto, anda.
Jesús : Entonces esta noche, toda mía ¿no?
Yo : A partir de las doce.
Jesús : Ya, ya...
Yo : Bueno me voy a poner algo cómodo, ahora vengo.
Jesús : Yo quiero ver como te cambias ^^
Yo : Serás  cerdo ¬¬
Jesús : Se supone que eres mi novia, tengo derecho
Yo : Pues no, lo siento.
Jesús : Venga, por favor, si me te cambias delante mía te hago un estriptis.
Yo : ¿Harías eso de verdad?
Jesús : Claro.
Yo : Una oferta muy tentadora pero NO
Me desconecté y me cambié, tenía algo de sueño asi que decidí echarme un rato.
Sobre las ocho me arreglé, me puse un traje, aci nunca me ponía traje, era bastante corto, de color blanco con un cinturón negro marcando mi cintura, lo cojunté con unos taconazos negros.
Me dejé el pelo suelto y mojado ya que me acababa de duchar, me pinté un poco y lista.
A las nueve en punto Teresa estaba llamando a mi puerta, estaba guapísima, era de las que mejor se vestían del grupo, llevaba unos shorts blancos, acompañados de una camisa marrón, unos complementos del mismo tono que la camisa y unos taconazos marrones también, se había puesto una coleta alta y se había pintado haciendo que sus ojos verdes se notaran.
-Joderm que guapa -Dije con una sonrisa.
-Tú también estás muy guapa, y mientras vamos al cine me tienes que contar lo de Jesús -sonrió.
-Vale -Cogí las cosas, por suerte Marisa cogió el avión a las siete y tendría la casa para mí sola todo el fin de semana.
Por el camino fui contándole todo el lío de Jesús, y se le veía bastante contenta.
-Pues haceis una bonita pareja.
-Que tonta -sonreí .
-Hablando del rey de Roma... -Dijo mirando al frente.
Miré yo tabién, a nosotras se acercaba Jesús, con unos pantalones vaqueros caidos, una camisa a rayas y una amplía sonrisa.
Nos dió dos besos a cada una.
-Jesús, lo sabe -Dije.
-¿Pero no era un secreto?
-Me he dado cuenta, además soy su mejor amiga, me entero de todo.
Reímos. Jesús me cogió de la cintura y me dio un dulce beso hasta que Teresa me cogió del brazo y me arrimó a ella, intentado que los demás no se dieran cuenta ya que se estaban acercando.
-Hola chicos -Dijo Mara con una sonrisa, parecía que no se había dado cuenta, no dio dos besos, igual que los demás.
Pasamos una tarde estupenda, y se me pasó corriendo, sobre las once y media ya no quedaba nadie, solo Jesús y yo, los demás había ido a una fiesta, pero yo estaba demasiado cansada para ir, además a Jesús no le haría mucha gracias.
Nos sentamos en un banco.
-Bueno, ya eres toda mía ¿no?
-Todavía no son las doce -sonreí.
Jesús no me hizo caso y me acercó a él, haciendo que nuestros labios se fundieran en un beso, como mucha otras veces, pero esta vez fue distinto, más romántico más apasionado, por un momento solo pensé que estábamos él y yo, nada más.
Me separé y le miré, era perfecto, todo era perfecto.
Fuimos a casa.
-Siéntate en el salón, yo voy a cambiarme. -Dije con una sonrisa.
Jesús me apoyó en la pared, dejó que nuestras narices se rozaran, me miró unos minutos, sonrió y me besó, ese beso fue concirtiéndose en pequeños besitos por mi cuello haciendo que mi corazós se acelerase, sin saber muy bien lo que hacer.
Nos besamos de nuevo, Jesús enredó mis piernas a su cadera y siguió besándome.
Lo miré un instante, sus ojos me miraban con deseo, pero no era el momento.
-Jesús, para.
-¿Por qué? -Me bajó.

martes, 20 de septiembre de 2011

Capítulo 3

La noché la pasé fatal, estaba bastante liada ¿enamorada tal vez? Puede... Pero no sé por qué joder, pero lo que tengo claro es que no me dejaré derribar tan pronto, no.
Me pasé toda la noche pensándolo y de último que me acuerdo es que miré el reloj y eran las cinco.
Marisa me despertó como cada maña, me miré en el espejo, estaba blanca, con unas ojeras impresionantes, no era yo.
Me vestí y hice lo mismo de cada mañana, la rutina me aburría.
Llegué al instituto, Teresa me esperaba en la puerta.
-Teresa, tengo que contarte una cosa, pero por favor, no se la cuentes a nadie.
-Tranquila, vamos a clase y allí me lo cuentas.
Yo asentí, entramos en clase y dejé las cosas, nos apartamos a una esquina.
-¿Qué te pasa?
-Joder, que la he cagado.
-¿Pero que pasa?
-Ayer, Jesús me ayudó a estudiar, ¿te acuerdas lo que te conté?
-¿Lo del tuenti? Sí, claro, ¿pero que ha pasado? No me asustes.
-Bueno, que nos besamos.
Teresa se quedó mirándome, no daba crédito.
Escuchamos unas risitas, y vimos entrar a Lidia, detrás le seguía un chico, Jesús.
Lidia dejó sus cosas, le dio un beso en los labios a Jesús y se marchó con él.
Teresa me miró, yo no sabía que hacer, quería ponerme a llorar, cogí mis cosas y me marché de clase.
-¿A dónde vas?-Teresa me agarró de la mano.
-Necesito pensar, si preguntan por mi dile que me he puesto mala ¿vale?
-Sami no lo hagas, no merece la pena.
-Por favor.
-Bueno, pero te llamo en el recreo eh.
-Gracias - Nos dimos un fuerte abrazo y me marché.
Estube andando durante un cuerto de hora y llegué a un pequeño parque donde no había nadie, cogí un cigarro y lo encendí.
Alguien me lo quitó de la boca y se sentó a mi lado.
-Esto es muy malo ¿sabes? - Le dió una calada.
-Pues tú le acabas de dar una calada.
-Ya, pero a mi me da igual morirme antes - sonrió.
-¿Qué haces que no estás en clase?
-Eso debería preguntártelo a ti ¿no crees?
-Como te dije no tengo por qué contarte mi vida.
Jesús le dió otra calada al cigarro y lo tiró al suelo.
-He visto como te ibas y como te conozco sabía que no tramabas nada bueno.
-No eres nadie para decirme lo que tengo o no tengo que hacer -Lo dije algo cabreada.
-Pues eso no lo decías en el cine.
-Mira, no me toques mas los huevos.
-No te los puedo tocar porque no tienes.
-Joder Jesús déjame ya ¿no?
-No hasta que me digas que te pasa.
-Puedes esperar sentado.
-Venga Sami, vámos a llevarnos bien.
-Mira Jesús, yo no te pedí que vinieras, quiero estar sola, pensar.
-Ya habrá tiempo para eso.
Me cogió del brazo y me llevó a un puesto de palomiras, me compró unas grandes, luego dimos un paseo por el parque, Jesús empezó a hacer el tonto en los columpios, antes de que me diera cuenta estaba riéndome como una niña pequeña viendo como Jesús intentaba hacer piruetas en las anillas, hacía años que no me lo pasaba tan bien.
Nos sentamos en un banco a descabsar un rato.
-¿Te lo estás pasando bien?
-Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien.
-Como mis padres se enteren de que he faltado al intituto me matan...
-¿Por qué te preocupa tanto?
-Porque si no tengo media de nueve para la selectividad no puedo estudiar medicina.
-Pero no está mal de  vez en cuando divertirse-Sonreí.
-La verdad es que esto me ha sentado bien.
-¿No sales con Lidia o qué?
-Claro que sí, pero... por favor no se lo cuentes a nadie.
-Tranquilo, soy una tumba.
-Con ella tiene que ser perfecto, ir a sitios caros, vestidos siemore de marca y con una sonrisa en la cara.
-Joder, que aburrimiento...
-Eso no es lo peor, lo pero es que tiene calculado hasta cuando tenemos que besarnos.
Yo empecé a reirme, me imaginaba a Lidia calculando todo.
-Oye no te rias, que no tiene gracia.
-Lo siento, ya paro.
Jesús me miró a los ojos, en ese momento el tiempo volvió a pararse como en la tarde pasara, nueestras caras uban aproximándose, tan solo unos centímetros.
-Bueno, es tarde ¿nos vamos? - me aparté.
Me llevó a casa, todo era algo incómodo.
-Gracias.
-De nada, es lo que hago todos los días-sonrió.
-No seas tonto, te estoy dando lar gracias por haber venido a por mí cuando me fui de clase.
-Bueno, para eso estan los amigos.
Sonreí y me marché.
Comí con Marisa.
-Este fin de semana me voy a Los Ángeles, tienes la casa para ti sola.-Dijo Marisa con una gran sonrisa.
-Vale, voy a estudiar, mañana tengo exámen.
-Vale.
La tarde se me hizo larguísima pero pude estudiar.
Al día siguiente cuando llegué al inti teresa me esperaba en la puerta como todas las mañanas.
-¿Qué tal estás? - me abrazó.
-Mejor, ayer estube toda la tarde con Jesús -sonreí.
-¡ENSERIO! -Todo el mundo nos miró.
-Shh, calla.
La cogí del brazo y entramos en clase, las mesas ya estaban preparadas para el examen.
Dejé mis cosas y como Teresa estaba detrás mía nos sentamos en las mesas.
-Bueno cuenta.
-Gordis! -Dijo Mara sentándose con nosotras.
-Hola cariño-Dijo Teresa.
-¿De qué hablábais?
-De que Sami se pasó TODA la mañana con Jesús.
-¿Qué dices? -Dijo Lidia detrás mía.
Yo me giré y la miré, tenía cara de asco.
-Nada que te interese.
-Estáis hablando de mi novio, y si que me interesa.
-Mira tía, pues sí, ayer pasé toda la tardecon él ¿y sabes lo que me contó?
-A ver, que te contó.
-Que eres una pesada, que lo tienes todo controlado y que no te soporta .-Le grité, haciendo que todo el mundo lo escuchara.
Me giré y me encontré a Jesús delante mía, la había cagado.
-Lo...-No me dejó terminar y se fue corriendo, yo fui detrás de él.
Pude consegui cogerlo cuando llegamos al patio, donde en ese momento no había nadie.
Le cogí de la mano y hice que se girara.
-La he cagado...
-Te confié una cosa, puede que para ti fuera una tontería pero para mí era un secreto ¿sabes? y confié en ti.
-Me puse de los nervios, no sabía que hacer.
-¿Me estás diciendo que cada vez que te cabrees vas a contarlo todo?
-No pero....
-¿Pero qué? No hay ninguna excusa-Se giró.
-Mi padre mató a mi madre, por eso tube que irme a vivir con mi tío.
Jesús se giró y me miró.
-Tu abuela...-Mi hojos empezaron a humedecerse.-tu abuela fue quien me ayudó, era mi vecina, desde ese día cambié, no sabes lo que es ver como tu padre ha matado a tu propia madre.-Empecé a llorar.
Jesús me arrimó a él y me dio un abrazo, apoyé mi cabeza en su hombro, y dejé que mis lágrimas cayeran, nunca me habían consolado, siempre era la niña que se metía en su cuarto a llorar y después salía con una sonrisa aunque estubiera hecha mierda.
-Lo siento mucho.
-No pasa nada-Me separé.
-Bueno, supongo que ahora nos une algo ¿no?
-A parte de tu abuela y mi tío no había nadie más que lo supiera.
Una lágrima recorrió  mi mejilla, Jesú me la secó con su mano y me dio un beso en la frente.
Miré el reloj.
-¡MIERDA EL EXAMEN!
-¿Qué pasa?
-Tenía un examen a primera hora.
-No te preocupes, mañana te lo harán, ya me las arreglaré.
-Gracias-sonreí.
Jesús se acercó a mí y me dio un beso en los labios, fue rápido, pero perfecto.
-¿Qué haces? -Aunque me encantó tenía que hacer el papel.
-Mira, te quiero ¿vale? pero como algo más que como amiga.
-¿Me estás pidiendo salir?
-Si...-Bajó la mirada.
-Salgo contigo con una condición, NADIE se puede enterar ¿vale?
Jesús sonrió y me volvió a dar otro beso, esta vez fue más intenso, primero jugó un poco con mis labios y luego sentí como su lengua rozaba la mía y hacía que mi corazón se acelerase.
-Vale, lo mantendremos en secreto-Dijo con una amplia sonrisa.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Capítulo 2

Marisa me llamó para que bajara, por fin conocería a su famoso nieto.
Marisa me dijo que estaba en el salón y cuando lo vi me quedé en shock.
-¿Jesús?
-Y tú que decías que no volveríamos a vernos... esto es cosa del destino- Dijo Jesús con una amplía sonrisa.
-¿Os conocéis?
-Si abuela, nos conoimos ayer.
-Bueno, pues Jesús te va a acompañar a comprar las cosas para tu primer día de instituto.
-¿Qué? ¿Cómo que mi primer día?
-Bueno, ¿no pensarás que te iba a dejar en ese instituto? Vas a ir al mismo que mi nieto.
-No pienso ir a ese instituto de niños pijos.
-Samanta por favor, me as dicho que intentarás esforzarte.
Yo supiré y subí a mi habitación, me puse unos pantalones vaqueros, una sudadera roja y unas deportivas.
Bajé las escaleras y fuimos a comprar las cosas, me compré cosas que hacía muchísimo que no utilizaba.
-Bueno, se hace tarde, mañana voy a recojerte a las ocho y cuarto.
-¡¿A las ocho y cuarto?!
-Sí, las clases empiezan a las y media.
El día transcurrió lento, me acosté sobre las diez y media aunque me quedé hablando con Maca hasta las dos y media.
-Cariño, venga que vas a llegar tarde .-Dijo Marisa con tono dulce.
-¿Qué hora es?
-La siete.
-¡¿Las siete?!-No sabía si llorar, morirme o estamparle la almohada a Marisa.
-Bueno, voy preparándote el desayuno.
Esperé cinco minutos, me levanté medio zombi, me duché para despejarme y e puse unos shorts marrones, con una camisea blnca y unas sandalias marrones.
Desayuné unas tostadas, Jesús estaba llamando a la puerta a las coho y diez.
Me despedí de Marisa y salí.
-Que guapa.
-Gracias, yo te diría lo mismo pero mejor no que te lo crees.
Jesús sonrió y me hizo un gesto para que me montara en su moto.
Llegamos al instituto, todo el mundo nos miraba.
-Te voy a enseñar tu clase, pero no te acostumbres que tengo una repotución que mantener.
-¿Tú? ¿Reputación? Já, no me hagas reir.
-Enserio, si no ¿por qué todo el mundo nos mira?
Yo no  contesté.
Estaba en mi mundo observando el instituto cuando una chica, alta rubia, de ojos azules me bajó de mi nuve.
-¡GORDI!- Se avalanzó sobre Jesús, dándole un besazo de estos de película.
Yo me quedé algo pillada, aunque seguí mi camino.
-¡Espera!-Jesús me cogió del brazo.
-¿Qué quieres?
-Te tengo que enseñar tu clase.
-Tranquilo, estás ocupado.
-¿Lo dices por Lidia? Es mi novia, pero tranquila es su forma de saludar.
-No te he preguntado.
-Vega, voy a enseñarte tu clase.
LLegamos a mi clase, Jesús estaba en un curso mayor, por eso me dijo que en el recreo me enseñaría el instituto.
Me senté en una mesa que había libre, una chica alta, con el pelo rojizo y largo se sentó a mi lado.
-Hola soy Rosa, eres nueva ¿verdad?
-Sí, e llamo Sami.
-Encantada-sonrió-Si quieres te enseño un pco esto en el recreo.
-Sí, por favor, no aguanto ni cinco minutos más con el pesado de Jesús.
-¿Jesús? ¿El novio de Lidia?
-Sí.
-¿De qué lo conoces?
-Vivo con su abuela.
-Bueno, pues ten cuidado con Lidia dicen que es muy celosa.
-Me da igual, no tengo nada con él.
El profesor llegó, se puso unas gafas horribles y empezó a pasar lista, cuando llegó a mi nombre me miró por encima de las gafas.
-¿Eres nueva?
-No, lo que pasa esque no me enteré de que había empezado las clases hasta ayer. -Toda la clase rió.
El profesor pasó del tema y empezó con la clase de historia.
Toda la mañana transcurrió más o menos igual, Rosa era bastante simpática y me presentó a dos amigas suyas, Mara y Teresa.
-Bueno, vamos a enseñarte esto. -Dijo Mara metiéndo las cosas que tenía encima de la mesa en la mochila.
Salimos de la clase y m encontré con Jesús.
-  ¿Preparada?-Pueso un amplia sonrisa.
-Me van a enseñar es Instituto ellas -Señalé a las chicas- Tú mientras puedes ir a darte el lote con tu novia.
Jesús me miró algo desconcertado y se marchó.
-Tía, has sido un poco borde ¿no? -Dijo Teresa.
-No, yo soy así, a quien le guste bien y a quien no pues que no mire.
Todas reimos, me fueron enseñando el instituto la verdad era bastante grande.
Terminamos las clases, Jesús me esperaba en la puerta.
-Venga, te llevaré a casa- Estaba algo melesto.
-Sabes que no me importa que estés cabredo ¿verdad?
-Mira cállate, yo solo intentaba ser simpático.
-Mira, yo ya te dije que no intentaras nada conmigo, quie avisa no es traidor.
-Vale, muy bein.
Me llevó a casa y se quedó a comer. La comida fue algo incómoda pero nada más terminar me encerré en mi habitación.
Jesús entró.
-Dice mi abuela que el viernes venga a buscarte ya que tienes que venir a la fiesta.
-No piendo ir.
-¿Y tú crees que quiero que vayas? Já.
-Mira no me comas más la cabeza.
-No te como la cabeza, tienes que ir y punto. -Se marchó dando un portazo.
Joder como se pone el niño por una tontería.
Aquella semana fue más o enos igual, conocí a algunas personas más pero principalmente estaba con Rosa, Mara y Teresa.
Llegó el viernes, invité a las chicas a ir a la fiesta, estaban super entusiasmadas.
-¡Dios que ganas!
-Pero si hasta mañana no es la fiesta.
-Sami, estás hablando de la fiesta del siglo.
-Mira, yo voy ablogada, además esta tarde tengo que ir de compras con DON SIMPÁTICO y no tengo ganas.
-Yo os acompaño -Dijo Teresa con una sonrisa.
- ¿De verdad? Muchísimas gracias -La abracé.
-Quedamos a las cinco en el centro comercial ¿no?
-Sí -sonreí-Bueno os dejo que me espera Jesús -Suspiré.
Llegamos a casa.
Sobre las cuatro y media fuimos al centro comercial, y a las cinco en punto estábamos en la puerta del centro comercial.
Vi a Teresa y la abracé.
-No me dijiste que iba a venir una amiga tuya -Me susurró Jesús.
-No tengo por qué contarte mi vida.
Recorrimos miles de tiendas hasta que llegamos a una donde había un traje negro, largo, pabra de honor, era bastante sencillo pero cuando salí del probador a Jesús parecía que le iba a dar algo.
-¿Quieres un baber?
-No, venga vamos a pagarlo -Jesús apartó la vista y fue a caja.
-Estás espectacular-Dijo Teresa con una amplia sonrisa.
Me cambié y me puse en la cola junto con Jesús, pagamos el traje y fuimos a casa.
Le enseñé el traje a Marisa, cenamos y me acosté.
Al día siguiente me llamaron las chicas, quería quedar a dar una vuelta antes de la gran noche.
Quedamos en el parque.
- Hola -Dijo Teresa dándome un abrazo, éramos las primeras en llegar.
-Hola cariño - La verdé que desde la tarde pasada le había cogido bastante cariño.
Poco a poco fueron llegando las demás, nos compramos unos batidos y nos sentamos a hablr.
-´Tías, ¿sabeis cual es el nuvo cotilleo del insti? -Dijo Mara, era la mas "pija" del grupo.
-¿Cuál?-Dijo Rosa.
-Lidia y Jesús han roto, dicen que les escucharon discutir en el cuarto de baño de las chicas y que rompieron.
Todas me miraron a mí.
-¿Que pasa?
-¿Cómo que que pasa? Que ahora tienes vía lobre.
-Vamos a ver, que yo con Jesús, no he tenido, tengo ni tendré nada.
Todas empezaron a reir.
Pasamos una mañana bastante divertida, comimos en un puesto de perritos y sobre las siete fuimos a vetirnos.
Me alisé el pelo, me recogí en pelo con unas pequeñas horquillas con algunos brillantitos, me pinté y bajé.
-Estás preciosa. -Dijo Marisa con una amplía sonrisa.
-Gracias.
-Ponte esto. -Sacó de una caja un colgante, con un pequeño diamante.
-Es precioso, gracias.
-Bueno, ya que no he tenido hijas quiero tratarte como a una.
-Gracias.
Jesús llegó y al verme se quedó aún más asombrado que en la tienda.
-¿Estás bien?
-Perfectamente, sube - Dijo señalándome un coche negro que había en una puerta, subimos y nos llevaron al club, estaba lleno de gente, todos muy arreglados
No me lo estaba pasando muy bien, ese tipo de fiestas no eran para mí a si que decidí ir fuera a dar una vuelta. Me senté en un banco cerca de una fuente.
-¿No te lo estás pasando bien?-Dijo Jesús sentándose a mi lado.
-Pues la verdad no.
-Bueno, yo tampoco me lo estoy pasando muy bien.
-Vaya, pero si estás siendo simpático conmigo.
-Vale, lo siento sé que he sido un poco borde este tiempo pero no sé creo que tú tampoco has sido muy simpática.
-Bueno, tienes razón lo siento.
-Madre mía, Samanta Méndez pidiendo perdón, esto es para grabarlo.
Yo reí, este chico me empezaba a gustar, pero ¿qué digo? no, no me gusta, solo me cae bien, a mí nunca me ha gustado un chico ni me gustará.
-¿Estás bien?-Dijo extrañado.
-¿Qué..? Si.. lo siento solo me he despistado un poco.
-Suele pasarte mucho ¿verdad?
-Pues la verdad es que sí.
-A mi tmbién me sule pasar, pero cuando estoy ontigo.
Eso me dejó de piedra, ¿era cosa mía o estaba intentando ligar conmigo?
-No te flipes guapo, tú y yo solo amigos nada más.
-Pero...
-Ni peros ni nada, ahora se hace tarde me voy a ir a casa.-Me levanté aunque cuando le dije eso me dolió un poco ¿es eso a lo que se le llama amor? NO! No estoy enamosrada de Jesús, NO ESTOY ENAMORADA!
-No te vayas, por favor.-Jesús me acercó a él a tan solo unos centímetros de su cara.
Me sentía algo rara, mi corazón iba a mil, mis ojos se perdían el los suyos y mis piernas temblaban.
-¿Te vas a ir?-Dijo en un susurro.
Yo no pude contestar, esyaba en las nubes, intentaba bajar pero algo me lo impedía quizás fueran esos ojos que me vovlía loca.
-Sí, estoy algo cansada.
Me separé de él, mi corazón seguía igual de revoluvionado, parecía que se me iba a salir del pecho.
-Pero somos amigos ¿no?
-No hay más remdio voy a tener que verte mucho-sonreí.
Llegué a mi casa sobre las dos menos cuarto, Marisa estaba dormida, me duché y me acosté, no tenía sueño asi que me puse algo de música para relajarme, me conecté al Tuenti y me puse a hablar con Maca, le conté todo lo que me había pasado, Mara, Teresa y Rosa también estban conectadas, al parecer se fueron pronto de la fiesta, estube hablando cn todas aunque a la única que le conté lo de Jesús fue a Teresa, era con la que tenía más confianza.
Miré el reloj, el tiempo se me había pasado volando ya eran las cinco,  me despedía y a los pocos minutos me que quedé dormida.
Me desperté a las doce y media, me aseé y bajé, al parecer Marisa había ido a visitar a una amiga y volvería por la tarde, me dejó dinero en la mesa para pedir una pizza.
Escuché la  televisión el salón, me cagué de miedo, joder, se supone que estaba sola.
Fui lentamente al salón, y al verlo allí sentado un pco más y me lo cargo.
-¡JODER JESÚS QUE SUSTO ME HAS DADO!
-Yo también me alegro de verte.
Me senté a su lado y vimos unas cuantas películas.
-¿Qué se supone que haces aquí?
-Bueno, llegué antes de que mi abuela se fuera y me dijo que me podía quedar a darte compañía. ¿No estás contenta de verme?
-Si fueras Justin Timberlake, alomejor.
-No, yo no soy ese, yo soy mucho mejor-sonrió.
-Muy gracioso.
Sobre las dos pedimos al pizza y miestras comímos vimos los Simpsons.
-¿Te puedo hacer un pregunta?
-Dime.
-¿Por qué lo dejaste con Lidia?
-Pues la verdad, era muy posesiva.
-Ah, yo pensaba que era por otra cosa.
-¿Por qué?
-Bueno, lo que me dijiste en la fiesta....
-¿Qué te dije? No me acuerdo de nada.
-Bueno, déjalo.
-No, dímelo.
-Joder que yo estaba en mi mundo, me dijiste si me pasaba mucho yo te dije que si y tu me dijiste que también te pasaba pero cuando estabas a mi lado.
Jesús se quedó blanco, creo que no sabía que contestar.
-¿Estás bien? -Dije algo preocupada.
-Sí, bueno, no sé porque te dije eso, estaba borracho.
-Ya se ve- reí, aunque sus palabras me dolieron un poco y no sabía por qué.
-¿Vamos al cine esta noche?
-Claro, no tengo nada mejor que hacer.
-Bueno ¿y ahora que hacemos?
-Yo no se tú pero voy a estudiar, le prometí a tu abuela que me esforzaría.
-¿Te ayudo?
-Pues la verdad no me vendría nada mal.
Subimos a mi habitción y empezamos con matemáticas.
-Venga, ¿qué tal se te dan? -Dijo con una sonrisa.
-¿Sabes como es como el culo? - asintió - Pues peor.
Jesús empezó a reir y yo le  di una pequeña colleja.
-Bueno, empecemos.
La verdad es que explicaba muy bien, y me enteraba de la mayoría de las cosas, pero cuando llegamos a historia me di cuenta de que estábamos bastante juntos.
-Bueno, entoces ¿cuándo descubrió Colón América?
-El 12 de Octubre de 1492.-Le miré.
Nustras narices casi se rozaban, fue un momento en el que parecía que el tiempo se había cabado, no sé lo que pasó pero derrepente sus labios rozaron los míos y lo peor fue que yo no le paré sino que le seguí el beso.
-Lo siento- se apartó.
-Será mejor que descansemos un poco, ya hemos terminado.
-Sí será lo mejor.
La verdad, estábamos algo incómodos.
Sobre las nueve y media fuimos al cine, vimos una comedia y cuando llegué Marisa ya había llegado.
-Hola ¿Qué tal te lo has pasado?
-Muy bien, es tarde me voy a dormir.
-Vale cariño.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Capítulo 1

Llegamos a una pequeña cafetería, solía quedar aquí antes pero ahora quedamos en un pequeó descampado al lado del campo de fútbol.
Nos sentamos en una mesa al fondo, al lado de una máquina de música rota. Un hombre gordo, calvo y bastante asquroso se acercó a nosotras. 
- ¿Que desean? - Dijo con una voz bastante ronca.
- Yo quiero agua ¿ y tú samanta ?
- Nada, gracias.
El hombre se marchó y nos dejó solas.
- ¿Qué te pasa?
- Nada, estoy perfectamente.
- Samanta, mi nieto hace un fiesta en club de golf, te lo podría presentar .
- No gracias, ese tipo de fiestas no son para mí.
- Mañana quedamos a las tres aquí, i nieto vendrá conmigo.
- Mire, no sé si me ha escuchado bien pero no pienso ir a esas fiestas de pijos.
- Hazme caso, te lo pasarás bien, además mi nieto es muy simpático. - Puso de nuevo esa maldita sonrisa.
Supiré y asentí, estubimos unos minutos hablando hasta las cuatro.
- Bueno, mañana nos vemos y me llamo Marisa ya que parece que no te acuerdas. - sonió.
Yo asentí y me marché a mi casa, el portal estaba cerrado y como no se em habían olvidado las llaves.
- ¡Mierda!
Mi tío estaba trabajando y no estab en casa, además me moría de hambre la mujer me había entretenido más de lo que pensaba, busqué en los bolsillos de mi chaqueta mi paquete de tabaco y  cogí un cigarrillo, me quedaban sonlo tres cigarros más tendría que ir a comprar, encidí el cigarrillo y me senté en las escaleras.
- Noo deberías fumar, es malo. - Esa voz ya la había escuchdo antes, ese mismo día. Subí la mirada y de nuevo ese chico de los ojos grises estaba en frente mía. 
- ¿Me has seguido?
- Más quisieras, he venido a por mi abuela.
- Bueno - Volví a meterme el cigarro dentro de la boca, me setaba genial.
- He dicho que no es bueno fumar - Me lo quitó de la boca y lo tiró al suelo.
- ¿Que coño haces ?
- Salvarte la vida.
- Muy gracioso - Aparté la mirada de aquellos ojos que himnotizaban a cualquier chica.
- Este encuentro es cosa del destino ¿no crees? - Se sentó a mi lado.
- ¿ No tenía que ir a por tu abuela?
- Sí, pero puede esperar.
- Mira, no malgaste tu tiempo con alguien como yo, no vas a conseguir nada.
- ¿Quien dice que no pueda consegui nada?
- Te lo aseguro, no vas a conseguir nada.
Jesús intentó hablar pero le corté . 
- Mira, me duele la cabeza, no puedo entrar en mi casa y para colmo estoy muerta de hambre a si que por favor déjame en paz.
- Te invito a tomar algo, espérame aquí.
- No seas pesado - me estaba hartando un poco.
- Por favor, dame una oportunidad, no te arrepentirás - Me lo dijo mirándome a los ojos.
No contesté, estaba totalmente en otro mundo, pero parece que a Jesús le pareció eso un sí porque se levantó muy contento y me dijo que esperara allí.
Esperé bastante rato, eran las cinco y todavía no había aparecido, me levanté y cuando me dispuse a andar lguien me pegó una voz.
- ¡Samanta!
Me giré, Jesús venía corriendo con unos perritos calientes en la mano.
- Siento la tardanza, he ido a comprar esto - Me dio uno.
- Me puede llamar Sami ¿por favor? Samanta no me gusta mucho.
- Como quieras Sami.
Nos sentamos de nuevo en las escaleras y nos tomamos los perritos, estubimos hablando, la mayor parte tonterías,  me enteré de que vivía en el mismo barrio que Carlos y que iba a un instituto privado,  quería hacer la carrera de medicina como su padre. Tenía dos hermanas, una mayor de 28 años y una pequeña de 8.
- ¿Y tu vida? - Dijo con una amplía sonrisa.
- Pues no tengo mucho que contar, vivo con mi tío aquí arriba y como ves no soy una chica de las que estás acostumbrado a ver.
- ¿Y tus padres?
- No em gusta hablar de ello.
- Lo siento, no quería meterme donde no me llaman.
- No pasa nada.
Cogí su muñeca y miré la hora, las ochco y media.
- Sabes - sonrió - nunca he comido a las cinco, pero está bein.
Yo carcajeé, la verdad, el chico era muy simpático pero no lo veía como nada más que un amigo, tampoco estaba segura si lo volvería a ver.
Mi tío llegó, nos miró y carraspeó para que nos apartáramos de la puerta.
- ¿Se te a vuelto a olvidar la llave verdad? - Dijo mi tío algo mosqueado.
- Sí, lo siento, soy un poco despistada.
- Bueno, que no vuelva a suceder.
Mi tío entró y yo me apoyé en la puerta para que no se cerrara.
- Bueno, he pasado una tarde estupenda, espero volver a verte.
- No creo que nos veámos pero yo también pienso que ha sido una buena tarde.
Le di dos besos y subí a el apartamento, mi tío estaba tirado en el sofá con ua cerveza viendo la televisión.
- Me e enterado de que mañana tienes exámen de historia ¿has estudiado?
- ¿Desde cuando te importa a ti lo que yo haga?
Me fui hacia mi habitación, cogí el ordenador que me regalaron cuando culplí los catorce, era bastante antiguo pero me servía, me conecté al Tuenti, Maca estaba conectada.
Maca : Hoolaa :)
Yo: Buenas.
Maca: ¿Mañana vienes no?
Yo: Supongo, no tengo nada mejor que hacer.
Maca: Joder, llevo toda la tarde esperando a que te conectes.
Yo: Lo siento, se me olvidaron las llaver y hasta que no ha llegado mi tío no he podido conectarme.
Maca: Bueno... te lo paso por hoy eeh jaja bueno te tengo qye dejar, nos vemos mañana.
Yo: ADIOOOS .
Maca se desconectó y seguidamente yo tanbién.
Me duché y me puse mi pijama, no pensaba hacer nada, puse una película en el ordenador y dejé que la noche pasara lentamente.
Me desperté y miré el reloj que había encima de mi mesa, las once y media, las clases empezaban normalmente a las ocho y media pero a yo nunca llegaba a la hora.
Me estiré y me puse unos shorts grises, una camiseta negra y cogí mi mochila, siempre la tenía vacía solo llevaba el paquete de tabaco y un cuaderno viejo.
Me subí al autobús y me puse música en el móvil, llegué sobre las doce, la hora del recreo, entré en el instituto la señorita de secretaría me miró con mala cara, al final del pasillo se encontraba el direcctor, se dirigió haci mí ya me iba a dar la charla de todo los días.
- Samanta ¿usted no tiene reloj?
- Claro, lo que pasa es que no lo uso.
- Mire, no se que hacer con usted, ya tiene cinco amonestaciones y la hemos expulsado tres veces ¿no piensa esforzarse?
- Mire, estoy aquí ¿no? Pues ya está, adiós. - Me marché.
Entré en clase, nadie estaba en ella, solo Maca que estaba buscando algo en su mochila.
- Joder Sami,pensaba que ya no venías.
- Pues ya estoy aquí ¿que tal te ha salido el exámen?
- Bien supongo, me he pasado todo el fin de semana estudiando.
- Bueno, vamos a por algo de comer a la cafetería, no he desayunado nada y me muero de hambre.
- ¿Tú? ¿Hambre? 
- Sí, yo también soy una persona.
Maca carcajeó y nos fuimos a la cafetería.
Me compré una palmera de chocolate y nos fuimos a dar una vuelta por el intituto, lo que más me gustaba de este intituto es que Maca y yo éramos las más "deseadad" aunque Mca ya estaba cogida y conmigo nadie tenía oportunidad.
- Bueno ¿qué tal el fin de semana? - Dijo Maca sentándose en un banco.
Me senté a su lado, le di un pequeño mordisco a la palmera y suspiré. 
Tragué haciendo bastante ruido ya que tenía ganas de hacer la gracia.
- Pues la verdad, bastante catastrófico.
- ¿Y eso? ¿Por qué?
- Pues porque primero me desperté en la cama de un tío del que ni me acordaba de su nombre.
- No jodas, ¿enserio?
- De verdad, luego me encontré con un chico bastante gupo pero pijo en la parada, pero para colmo se me olvidaron las llaves de mi casa y tube que esperar a mi tío con la compañía del pijo de la parada. - Me reservé el dato de mi vecina, ya que nadie sabía la historia de mis padres.
- Joder, vaya día ¿no?
- Sí, y lo peor fue cuando tube que pasar toda la tarde con ese tío.
- Perdona, pero "ese tío" te gusta.
- ¿A mí? ¿Tú estás loca?
- Bueno, no quiero peleas tranquila, vamos a clase. - Dijo levántandose del banco.
Las clases pasaron lentas, aunque la verdad, nunca hacía nada.
Llegué al apartamento pero mi sorpresa fue encontrarme con las maletas en la puerta.
- ¿Tío? - Pregunté, no hubo respuesta me asomé al salón, mi tío estaba sentado en el sofá, como normalmente y en el sillón estaba Marisa.
- ¿Marisa? ¿Qué haces aquí?- Estaba algo desconcertada.
- Samanta - Mi tío se levantó y seguidamente también Marisa.
- Yo no puedo mantenerte, te estoy dando una mala educación. - Dijo mi tío acercándose a mí.
- Por eso me he ofrecido a ocuparme de tí, ser tu tutora legal.-Dijo Marisa.
Yo miraba desconcertada de un lado a a otro. ¿Qué me fuer a vivir con una tía a la que no conocía de nada?
- No pienso moverme de aquí.
- Ya no hay marcha atrás, Marisa y yo acabamos de firmar los papeles.
Hacía años que no me sentía así, estaba algo confusa pero a la vez trste, dejar todo pra una nueva vida.
Yo me giré poniendo mala cara y cogí mis maletas, cerré la puerta de un portazo y bajé al portal.
Me senté en los escalones a esperar a Marisa que tardó poco en bajar.
- Cielo, es lo mejor para tí, además irás al mismo instituto que mi nieto, he hablado con tus profesores y si apruebas este triestre pasas de curso.
Yo me quedé mirándola, como si no me interesase lo que dijera, ahora mismo sentía odio hacia ella.
Subimos a un taxi y llegamos a una casa, era enorme, en la entrada había una gran cancela, con varias plntas decorándola, entrabas y veías un gran porche con un sofá.
Entramos en la casa, parecía más grande desde fuera, había un salón amplío con varias cristaleras y unos muebles bastante caros.
- Te enseñré tu habitación . - Marisa subió una grandes escleras y me abrió la puerta d euna habitación, era de color azul celeste, con una gran cama en medio, un vesitodor enorme y un escritorio coronado por un gran ordenador.
Dejé mis cosas encima de la cama y observé detenidamente la habitación.
- Ve instalándote cuando termines baja, la comida estará lista.
Yo asentí con la cabeza, me senté en la cama, puede que no estubiese tan mal vivir allí.
Puse mis cosas y bajé a comer, en un gran mesa había varios platos, de todo tipo, y todo para mí, la comida transcurrió en silencio, tampoco tenía nada de lo que hablar, hasta que Marisa rompió ese marvilloso silencio.
- Esta tarde vendrá mi nieto a conocerte.
- Vale.
- Mira Samanta, yo se que  ti esto no te gusta, pero es lo mejor.
- Sé que no he tenido una respuesta muy buena, pero quiero disculparme, a partir de ahora intentaré hacerlo lo mejor posible.
- Bueno, descansa si quieres ya te aviso yo cuando mi nieto llegue.
Yo asentí y subí a mi habitación, me duché y me puse un chándal para estar cómoda, me tumbé en la cama y llamé a Maca.
- Hola cariño , ¿quédaos? - Dijo con una voz bastante dulce.
- No pudo, me he mudado.
- ¿Cómo que te has mudado?
- Lo que escuchas, he llegado a mi casa y ls maletas estaban en la puerta, ahora estoy en una casa de ricachones y pijos.
- Bueno, te tengo que dejar que he quedado con Fernando, ya hablamos te quiero.
- Adiós.

Introducción

Llevo todo el fin de semana sin aparecer por csa, la verdad tampoco me importa, desde que mis padres se separaron mi vida cambió por completo.
Me voy a presentar soy Samanta Méndez, Sami para los amigos y puede decirse que soy bastante... rebelde.
Mis padres se separaron hace dos años, cuando yo tenía 13 años, me acuerdo todavía a la perfección de aquel día, el día que me hizo cambiar por completo.
Yo estaba haciendo mis deberes como cualquier tarde de martes, mi madre estaba en el salón y mi padre había ido a comer con sus amigos, hacía ya tiempo que discutía pero yo intentaba mantenerme al margen, pero esta vez fue distinto,
Escuché como mi padre cerraba la puerta de un portazo, iba al salón y tiraba las llaves a la mesa, también escuché como mi padre subía las escaleras, parecía que le costaba bastante, sus pasos se acercaban a mi habitación.
- Hola hija . - se notaba que estaba ebrio.
- Papá, ¿estás bien?
- Perfectamente.
Mi madre se despertó y le dijo a mi padre que bajara, se le notaba algo mosqueada, y de nuevo como tantas otras veces empezaron los gritos, pero esta vez acabaron peor, mucho peor.
Escuché como alguno de los dos tiraba algo al suelo y luego un gran estrundo hizo que me levantara de la silla y bajara corriendo, y ahí fue donde todo cambió, vi a mi madre tirada en el suelo, mi padre tenía un cenicero en la mano lleno de sangre, me miraba con la respiración algo agitada y con odio en sus ojos.
En ese momento no sabía como me sentía, me quedé quieta, viendo como mi madre estaba tirada y mi padre se marchaba, pude reaccionar unos minutos después, las piernas me temblaban, parecía que me iba a derrumbar en ese momento, bajé las escaleras lentamente intentando respirar aunque parecía que el oxígeno me faltaba, en ese momento cualquier niña de 13 años se pondría a llorar pero yo no, yo estaba seria, y no expresaba nada en mi cara.
Me arrodillé ante mi madre, la cabeza le sangraba derramando un gran charco de sangre a su alrededor, entonces sí, en ese momento fue cuando las primeras lágrimas brotaron de mis ojos, haciendome sentir impotente.
Me levantñe y fui corriendo a la casa de los vecinos. Una señora mayor a la que solo conocía de verla por la calle abrió la puerta, me miró de arriba abajo, tenía los ojos abiertos, parecía que no daba crédito y es normal, ya que se le presentó en la puerta una niña de 13 años, llorando y llena de sangre.
- Por Dios pequeña ¿ Qué ha pasado ?
- Mi madre - cogí aire - ayúdeme por favor - empecé a llorar desconsoladamente.
La mujer salió corriendo hacia mi casa dejándome sola en su puerta, cuando entró se escuchó un grito, debería ser de la señora por la sorpresa.
Salió de nuevo de la casa y se acercó a mí con lágrimas en los ojos, puso sus manos sobre mis hombros y me invitó a entrar en su casa.
Me senté en un gran sofá de cuero, su casa era bastante rústica, tenía muchos cuadros que la verdad me daban algo de miedo, en el salón destacaba un gran sillón amarillo chillón que no pegaba nada con la casa pero parecía ya bastante viejo.
La señora llamó por telefóno a la policía supongo, me miró y se sentó a mi lado.
- ¿ Quien ha sido ?
La miré algo descofiada, no sabía muy bien sin contestarle, me miró y puso una sonrisa bastante forzada.
- Lo entiendo, no quieres contarme nada, pero tranquila, la policía ya está en camino. - La señora hablaba con un tono bstante pausado, tranquilo.
Yo no hablé en toda la tarde hasta que llegó la policía y me preguntó que había ocurrido aquella tarde.
Pillaron a mi padre y lo condenaron a 10 años. ¿Y qué pasó conmigo ? Os preguntareis. Pues bastante sencillo, el único familiar que quedaba vivo en la familia de mi madre era mi tío Roberto, era bastante pasota, algo no muy normal, pero mi tío es de todo menos normal, tiene 35 años y es soltero, trabaja de cajero en un super mercado cerca de su casa, que ahora es nuestra casa, si se le puede llamar así ya que es un pequeño apartamento, primera planta, una cocina bastante pequeña, dos habitaciones también muy pequeñas y un solo cuarto de baño.
Bueno y ahora solo me queda describirme a mí misma, como os dije antes soy bastante rebelde pero tampoco tengo ningún impedimento en hacer lo que quiera ya que mi tío Roberto pasa de mí completamente. De pequeña era la típica hija ejemplar, sacaba todo sobresaliente, tenía un pelo rubio platino, largo y muy bien cuidado, mis ojos eran verdes intensos y siempre tenía una sonrisa en la cara, pero ahora... Ahoramismo tengo el pelo negro, mis ojos fueron apagándose y ya casi no se distingue el verde, y el colegio, voy a dejarlo a los dieciséis ya que este curso no me ha ido muy bien.
Bueno y esta es mi gran vida, ahora mismo estoy en no se donde con... ¡JODER! ¡NI ME ACUERDO DE SU NOMBRE!
- Bueno días guapa - sonrió.
- Buenos días - estaba algo confusa, me cababa de despertar en una cama, totalmente desnuda al lado de un tío que ni se como se llama.
- No te acuerdad de nada ¿verdad?.
- Pues no ¿esta es tu casa?
- Si, y soy Carlos, nos presentó Fernando.
Yo sonreí aunque estaba echa mierda, parecía que en la fiesta de ayer me pasé un poco, me dolía la cabeza, bueno doler se queda corto parecía que me iba  explotar.
- ¿Quieres un café?
- Vale.
Carlos se levantó de la cama dejando sus encantos al aire, la verdad es que el chico estaba bastante bien, tenía el pelo rubiazgo, los ojos con un azul intenso, un cuerpo muy bien cuidado y un culito...
Se puso unos pantalones y salió de la habitación, yo me levanté de la cama, tapada con las sábanas y observé un poco el cuarto, era bastante amplio de un color rojizo, tenía varios cuadros modernos y un gran escritorio al lado de la ventana.
Me puse la misma ropa del día anterior, olía algo a alcohol pero me daba igual, eran unos shorts negros con una camiseta básica, unas chaqueta negra y unos taconazos negros.
Me miré en un pequeño espejo que había al lado del armario. mi pelo estaba algo alborotado asi que decidí hacerme un moño.
Carlos entró con una bandeja y dos tazas de café, las puso sobre el escritorio y me cedió una taza.
- Bueno, ¿quieres que te lleve a casa?
- No gracias.
Me tomé el café lo más rápido posible y cuando lo terminé me despedí de Carlos.
Salí y vi una parada de autobús, busqué si alguno pasaba cerca de mi casa y tube suerte, iba a pasar uno en pocos minutos.
Me senté al lado de un chico muy bien vestido, llevaba una camisa a rayas, unos pantalones de pinza y unos zapatos que parecían bastante caros.
Me acordé de que en todo el tiempo que estube en la casa de Carlos no había mirado la hora, miré a las muñecas del chico que estaba a mi lado, tenía un reloj bastante caro.
- Perdona, ¿tiene hora?
- Si, son las dos y media. - El chico se giró, era bastante mono, tenía el pelo muy bien peinado era de un negro intenso y sus ojos tenían un tono grisáceo muy bonito, era bastante guapo.
Miré hacia el cielo, hacía bastante calor y me quité la chaqueta.
- Me llamo Jesús, encantado. - Me cedió la mano.
- Samanta - Se la estreché.
Por fin llegó el autobús me levanté y el chico me dio un toquecito en el hombro.
- Espero volver a verte - sonrió.
Yo sonreí aunque estaba segura de que no lo volvería a ver, no me gustan ese tipo de chicos pijos, además yo no soy de tener novios, soy más de probar y de disfrutar la vida.
Me senté en unos de los asientos de atrás, este barrio estaba bastante alejado del mío ya que era uno de los más caros que había.
El móvil me sonó, era Maca mi mejor amiga, es algo loca pero la quiero.
- Dime Maca.
- ¡Sami! ¿Donde estás?
- Pues rumbo a mi casa ¿Por qué?
- Pues que mañana tenemos exámen de historia y quería preguntarte su has estudiado aunque conociéndote...
- Maca, sabes que yo no estudio, no so quiera sé si iré a clase...
- Bueno, te tengo que dejar que mi padre ha llegado y como me pille que no estoy estudiando me mata, un besito ya hablamos y e cuentas que tal te lo pasaste ayer.
- Vale cariño, un beso - colgué.
La verdad, a los padres de Maca no les caigo muy bien y no los culpo porque no soy una buena chico, ni lo quiero ser. Maca en cambio es muy buena, siempre está estudiando aunque ella es más de cinco que de diez, pero por lo menos aprueba y se esfuerza, lleva saliendo ya un añon Fernando y parece que eso va para largo ya que se quieren muchísimo. Físicamente es bastante guapa, tiene el pelo castaño claro y algo rizado aunque ella siempre intenta alisárselo, tiene unos ojos oscuros pero su mayor rma es su sonrisa, tiene unos dientes perfectos y blanquísimos.
El autobús por fin paró, no había nadie en él, solo una señora bastante mayor que me sonaba de algo pero no se de que.
Bajé del autobús, y la señora detrás mia.
- ¿Samanta? - La señora parecía algo aombrada.
- Si . - Yo estaba algo desconcertada.
- Soy tu vecina, la que bueno....
- No hace falta que lo diga ya me acuerdo.
- ¿Y qué tal te va? - Puso una sonrisa bastante cálida.
- Pues me va bien... - Sonreí falsamente.
- ¿Qué te pasa? - La señora se había dado cuenta, mierda.
- No me pasa nada, enserio.
- Te invito a comer y me cuentas.
Puso una de esas sonrisas que no puedes negarte, entonces tube que asentir y sonreir, aunque no tenía ninguna gana, solo quería tumbarme en mi cama.