viernes, 23 de septiembre de 2011

Capitulo 4

Fuimos a clase, el profesor me echó la bronca pero no sé como Jesús consisuió que me repitiera el examen, tendría que repetirlo al terminar las clases, paé una mañana bastante aburrida pero por fín sonó el timbre para salir al recreo.
-Vamos a comprar unos bocadillos ¿vienes?-Dijo Teresa con una gran sonrisa.
-Claro.
Compramos los bocadillos y salimos fuera a tomárnoslo, de todo el grupo era la única que fumaba. Me encendí un cigarro y le di una calada, las chicas estaban hablando aunque yo no les hacia mucho caso, seguía con la mirada como Jesús salía del instituto, haciendo tonterías con sus amigos, entonces pasó nuestras miradas se encontraron y los dos sonreimos como unos tontos.
-Tierra llamando a Sami...-Dijo Mara pasando la mano por delante de mi cara.
-Dime -Dije apartando la vista de Jesús y mirando a las chicas.
-¿A quién mirabas? -Dijo Rosa con una sonrisita.
-A nadie.
Todas rieron, por suerte dejaron pasar el tema, la verdad no sabía que excusa poner.
De nuevo miré a Jesús, esta vez estaba sentado hablando con un chico, creo que se llamaba Javier, no estaba segura, y entonces vi como Lidia se acercaba, cogió a Jesús del brazo y lo llevó dentro del instituto, pasaron unos minutos, yo estaba bastante altrada, no sabía si entrar o qué pero por fin salió Jesús, me miró y sonrió, luego salió Lidia muy cabreada y gritó delante de todo l mundo.
-¡Que te den!
Todo el mundo la miró y luego miró a Jesús que le hizo un corte  de manga, eso me hizo sonreir y sentí como alguien me agarraba del brazo y me apartaba de la gente.
-No es por nada, pero yo que tú disimulaba más -Dijo Teresa con su amplía sonrisa, no sé como lo hacía, pero siempre estaba sonriendo.
-¿Disimular el qué?
-Pues que estás saliendo con Jesús.
-¿Tanto se me nota?
-Bueno, no mucho peor como sigas así se daran cuenta.
-Por favor, no se lo cuentes a nadie ¿vale?
-Clro, ¿cómo iba yo a traicionar a una de mis mejores amigas? -me abrazó.
Nos acercamos a las chicas, todavía quedaba bastante tiempo, la profesora de literatura se había caido y estba en el hospital, por eso mi curso tenía una hora libre.
Jesús se acercó junto con dos chicos más, eran Javier y el otro no sabía quien era, pero era bastante guapo.
-Hola chicas, venimos a haceros compañía.-Jesús se sentó a mi lado, Javier entre Teresa y  Mara y el otro chico al lado de Jesús.
Yo le di otra calada a mi cigarro, con la tontería se me estaba consumiendo.
Jesús me lo quitó como siempre hacía y le dio una calada, pero esta vez me lo devolvió después.
-Que raro que la vena de hermano mayor no te haya salido...
-Ya me da igual lo que hagas, sé que no me vas  a hacer caso...
Todos empezamos a reir, después de unos minutos hablando me enteré de que el otro chico se llamaba Jorge y que era el novio de Rosa, estba tan metida en mi mundo que no me había dado cuenta de la vida amorosa de mis amigas.
-Bueno chics, nos vamos a clase, ya nos vemos.
Los chicos se despidieron dándonos dos beos a cada una, menos Jorge y Rosa que se fundieron en un romántico beso, al ver eso mis ojos se dirigieron hasta Jesús, lo miré de arriba abajo, era perfecto.
Nos quedamos solas, hacía un día precioso pero yo tenía que estudiar para el examen asi que fui al la biblioteca.
Saqué mi libro de historia, miré al rededor, no había nadie, estba sola, la bibliotecaria, Cecilia, era una mujer regordeta, con un moño de esos que parece que le van a salir monos de él, unas gafas bastante feas y muy pintada, siempr eiba con un traje de estos que parecen bata, una hortera, pero ese día no estaba, bueno por lo menos no a esa hora.
Abrí el libro y empecé a leer, cuando ya me sabía la mitad la plabras empezarona  juntarse, miré el reloj, todvía quedaba un cuarto de hora pero decidí que estaba bien, que ya había hecho bastante.
Recogí las cosas y salí para fumarme un cigarro, el del recreo casi no me había dado tiempo de disfrutarlo, me lo encendí y le di una calada, me apoyé en la pared y observé como el viento se alejaba lentamente, entonces vi como Javier se acercaba.
-Hola Sami ¿qué tal?
-Hola Javi, ¿qué haces tú aquí?
-Me han echado de clase y he aprebechado para ir a tomarme un refresco.
-¿Te han hechado? ¿Por qué?
-Porque había un examen y no lo sabía ¿y para qué estar allí haciendo el tonto?
Yo reí, miré al rededor con la esperanza de que a Jesús también le hubieran echado, quería reirme de él un rato.
Miré el reloj, ya era hora de que fuera entrando.
-Bueno, te dejo, ya hablamos otro día.-Le di dos besos.
Javier me cogió de la cintura y fundió sus labios con los míos, no sabía que hacer, me quedé paralizada, cuando me pude separar de él, miré alrededor, nadie no habí visto, le miré y le pegué una torta, luego salí corriendo.
Alguien se puso delante mía y me paró.
-¿Qué pasa? -Dijo Jesús entre el barullo de la gente, su clase ya había terminado y la gente aprobechaba para tomar el aire en el cambio de clase.
-Nada, solo que llego tarde.
-Pero si todavía quedan diez minutos.
-Ya, pero quiero llegar pronto.
Me dirigí a mi clase.
El resto de día fue más o menos como todos los días, el examen me salió bastante bien, y el viernes me dieron la nota.
Teresa me dio un toquecito en la espalda.
-¿Qué has sacado?
-¡UN OCHO!-Grité, le di un abrazo estaba super feliz.
Vi como Jesús estaba esperándome en la puerta, me acerqué a él y le di un fuerte abrazo.
-Eso es que has aprobado ¿no?
-Sí, he sacado un ocho -sonreí.
-Me alegro.
Yo le volví a abrazar, estaba realmente feliz.
-Esta tarde lo celebramos como es debido ¿no?-me susurró.
-Claro, ¿lo dudabas?
Me despedí de Jesús y me acerqué a las chicas, la única que no había aprobado había sido Rosa, estaba llorando.
-Joder, mis padres me matan.
-Tranquila, es solo un examen, el próximo lo pruebas.
-Ya, pero mañana hago un mes con Jorge y no me vn a dejar salir con él-lloriqeó.
-Bueno, ¿por qué no quedais esta tarde?
-Porque Jorge tiene academia...
Yo la abracé, me daba mucha pena.
-Tía, dile que es muy importante para ti-Dijo Mara.
-No me van a dejar.
Jorge le tapó los ojos a Rosa, y hizo el tipo juego de ¿quien soy? Rosa se giró y se fundieron en uno de esos preciosos besos, había visto muchas parejas pero estas parejas de "pijos" eran mucho más románticas, los amigos de mi "barrio" nunca celebraban sus aniversarios, como mucho celebraban San Valentén con un polvo.
Salimos del instituto, quedé con Mara y Teresa para ir al cine por la tarde,  sé que Jesús tenía pensado hacer otra cosa para celebrarlo pero quería hcerle sufrir un poquito.
Me monté en la moto y fuimos hasta casa, Jesús paró en la puerta, era en el único sitio donde podíamos disfrutar de nuestro amor, por lo menos entre semana.
Me bajé de la moto, Jesús me cogió de la camiseta y me acercó a él.
Le di un rápido beso en los labios y me giré. Jesús me cogió del brazo y me acercó a él, dejó nustras caras a pocos centímetros, nuestras respiraciones estban agitadas, nuestras narices casi se rozaban, Jesús sonrió y me dio un beso, este beso fue largo, con legu y no paró hasta que se quedó sin aire.
-¿Qué vamos  a hacer esta noche? -Me susurró.
-Yo he quedado con las Mara y Teresa, te vienes ¿no?.
Jesús me alejó de él y me miró algo desconcertado, me encantaba cuando miraba de un lado para otro sin entender lo que decía.
-Yo pensaba que lo íbamos a celebrar los dos juntos.
-Esque son mis amigas, además, nosotros estamos la mayor parte del tiempo juntos.
-Si se dijera que podemos desmotrar que somos novios...
-Venga Jesús, no te enfades, te prometo que a partir de las doce que termina la pelíula soy toda tuya.
-¿De verdad?
-De verdad.
Jesús sonrió y se acercó a mí, pero cuando estaba a punto de besarme arrancó la moto y se marchó.
Yo respiré ondo, su olor todavía estaba en el ambiente, ese olor a colonia de hombre, me encantaba.
Entré y comí como todos los días, Marisa me trataba como una hija y yo siempre intentaba tratarla lo mejor posible, aunque nunca sería mi madre.
-¿Vas a salir esta tarde?
-Sí, voy a celebrar lo del ocho.
-Me alegro de que hayas aprobado, se nota que te has esforzado. -Sonrió.
-Lo sé, bueno me voy a duchar y eso.
Subí a mi habitación y me conecté al Tuenti, Jesús también estaba conectado y puso la cam.
Estaba sentado en la cama, sin camiseta y bebiendo una Coca - Cola.
Yo : Hola guapo.
Jesús : Hola preciosa :)
Yo : ¿Qué haces sin camiseta?
Jesús : Te pongo, ¿a que sí?
Yo : Más quisieras cariño.
Jesús : ¿Cariño? ¿Y eso?
Yo : No seas tonto, anda.
Jesús : Entonces esta noche, toda mía ¿no?
Yo : A partir de las doce.
Jesús : Ya, ya...
Yo : Bueno me voy a poner algo cómodo, ahora vengo.
Jesús : Yo quiero ver como te cambias ^^
Yo : Serás  cerdo ¬¬
Jesús : Se supone que eres mi novia, tengo derecho
Yo : Pues no, lo siento.
Jesús : Venga, por favor, si me te cambias delante mía te hago un estriptis.
Yo : ¿Harías eso de verdad?
Jesús : Claro.
Yo : Una oferta muy tentadora pero NO
Me desconecté y me cambié, tenía algo de sueño asi que decidí echarme un rato.
Sobre las ocho me arreglé, me puse un traje, aci nunca me ponía traje, era bastante corto, de color blanco con un cinturón negro marcando mi cintura, lo cojunté con unos taconazos negros.
Me dejé el pelo suelto y mojado ya que me acababa de duchar, me pinté un poco y lista.
A las nueve en punto Teresa estaba llamando a mi puerta, estaba guapísima, era de las que mejor se vestían del grupo, llevaba unos shorts blancos, acompañados de una camisa marrón, unos complementos del mismo tono que la camisa y unos taconazos marrones también, se había puesto una coleta alta y se había pintado haciendo que sus ojos verdes se notaran.
-Joderm que guapa -Dije con una sonrisa.
-Tú también estás muy guapa, y mientras vamos al cine me tienes que contar lo de Jesús -sonrió.
-Vale -Cogí las cosas, por suerte Marisa cogió el avión a las siete y tendría la casa para mí sola todo el fin de semana.
Por el camino fui contándole todo el lío de Jesús, y se le veía bastante contenta.
-Pues haceis una bonita pareja.
-Que tonta -sonreí .
-Hablando del rey de Roma... -Dijo mirando al frente.
Miré yo tabién, a nosotras se acercaba Jesús, con unos pantalones vaqueros caidos, una camisa a rayas y una amplía sonrisa.
Nos dió dos besos a cada una.
-Jesús, lo sabe -Dije.
-¿Pero no era un secreto?
-Me he dado cuenta, además soy su mejor amiga, me entero de todo.
Reímos. Jesús me cogió de la cintura y me dio un dulce beso hasta que Teresa me cogió del brazo y me arrimó a ella, intentado que los demás no se dieran cuenta ya que se estaban acercando.
-Hola chicos -Dijo Mara con una sonrisa, parecía que no se había dado cuenta, no dio dos besos, igual que los demás.
Pasamos una tarde estupenda, y se me pasó corriendo, sobre las once y media ya no quedaba nadie, solo Jesús y yo, los demás había ido a una fiesta, pero yo estaba demasiado cansada para ir, además a Jesús no le haría mucha gracias.
Nos sentamos en un banco.
-Bueno, ya eres toda mía ¿no?
-Todavía no son las doce -sonreí.
Jesús no me hizo caso y me acercó a él, haciendo que nuestros labios se fundieran en un beso, como mucha otras veces, pero esta vez fue distinto, más romántico más apasionado, por un momento solo pensé que estábamos él y yo, nada más.
Me separé y le miré, era perfecto, todo era perfecto.
Fuimos a casa.
-Siéntate en el salón, yo voy a cambiarme. -Dije con una sonrisa.
Jesús me apoyó en la pared, dejó que nuestras narices se rozaran, me miró unos minutos, sonrió y me besó, ese beso fue concirtiéndose en pequeños besitos por mi cuello haciendo que mi corazós se acelerase, sin saber muy bien lo que hacer.
Nos besamos de nuevo, Jesús enredó mis piernas a su cadera y siguió besándome.
Lo miré un instante, sus ojos me miraban con deseo, pero no era el momento.
-Jesús, para.
-¿Por qué? -Me bajó.

1 comentario: